28/4/14

Calle Melancolia...



Hoy sin querer escuche el tema que te gustaba, sin querer caí en la trampa de la nostalgia… Mi melancolía me abrazó como haciéndome suyo y juntos nos encontramos caminando por sus calles, las mismas que me cobijaron hace ya un largo tiempo, nos miramos, sonreímos, recorrimos el universo celeste, los callejones ocultos de cada lagrima derramada por ese gran amor que se desvaneció como arena entre mis dedos...… Tu nombre golpea mis sienes, los latidos de mi corazón se aceleran al ver el departamento donde vivías… Recorriendo sus calles, mi melancolía me habla, me cuenta donde estuvo durante todo este tiempo, como y porque sucedieron tales cosas, que ya nada es lo mismo a lo que era. Al llegar a esquina soledad, doblamos hacia la derecha encontrándonos con mi triste Yo que caminaba perdido sin rumbo, lo vi pasar y no pude contenerme y lo invite a tomar un café juntos, los tres, saludándonos como grandes amigos que se encuentran después de muchísimos años… Como un gran sueño, como un gran cuento que nunca tendría que acabar, así nos sentimos volar, a cada rincón de nuestros arcones personales llenos de angustias, risas y llantos contenidos con una gran fuerza demoníaca traspasando el horizonte gris y oscuro de nuestros azules pensamientos élficos…

En algún lugar se oyen las campanas de una iglesia, su sonido es tan poco conmovedor ahora que me encuentro parado en este punto, todo lo confuso se ve un tanto mas claro y tan poco conmovedor a como lo encontraba hace algunos años ¿Recuerdas mi yo, caminando codo a codo por los estrechos senderos apesadumbrado por mis cruces?… Y tu melancolía, ¿Me recuerdas cuando rendía un triste culto a lo que vendrá, pagando una especie de castigo por mis propias culpas imaginarias, sintiéndome totalmente vacío y carente de sentido?... No puede ser, tantas anécdotas encerradas en ese baúl, casi puedo sentirlas fluir de nuevo sobre mi ser, van y vienen, me tocan, rozan, ríen, juegan invitándome a ser parte de ellas nuevamente, pero no me dejo conmover tan fácilmente, ya no… Todo cambió por desgracia o por azar, todo o casi, aún puedo saberme vacío aquí y ahora, mi irreversibilidad, mi coraza de hierro me persigue a donde voy, ¿Cómo hacer para escapar? Te juro que lo intento, por ti lo hago, pero tengo miedo de quererte sin medida, no quiero sufrir ni tampoco podría verte hacerlo, te quiero mucho, demasiado, te necesito, pero ¿Eres capaz de darme la paz que mi alma necesita? ¿Puedes hacerme libre de estas ataduras que me tienen preso en esta cárcel de terror, miedo y agonía eterna? Una vez mas necesito saber la respuesta, ¿Cuánto estas dispuesta a arriesgar por este pobre corazón que solo quiere no sufrir mas? Si eres capaz de darme lo que necesito, te abriré sus puertas y prometo ser lo mejor posible, pero dime melancolía, ¿Puedes hacerme feliz?...

La luna y las estrellas nos reciben, mi Yo desea irse a descansar, solo quedamos nosotros, como siempre tu y yo, es curioso, no tenemos sueño, deseamos que la noche sea tan larga como sea posible, hombro con hombro en cada recoveco, parecemos dos niños jugando a dar la vuelta al mundo imaginario de nuestras vidas que, por mas extrañas, distintas y distantes que parezcan, siempre terminan cruzándose, tarde o temprano, como siempre, para siempre, en cierta forma te lo agradezco, eres la única que me comprende, me aconseja y hace sentir que puedo, aunque este cansado, abatido de luchar una y mil veces con mi estupidez infinita y mi terquedad, siempre estas ahí, a un lado del camino… Me acostumbre a ti, en cierta forma no quiero que te vayas, no lo soportaría, por favor no lo hagas jamás o ese día moriré, lo haré desangrándome lentamente, mientras sueño con tus calles, lentamente el frío llegará de una manera en la cual, no me daré cuenta, no se si me interesa tampoco, pero quiero que sepas que eres mi todo, mi complemento… Calle melancolía, esquina soledad, ahora y siempre por los siglos de los siglos… Calle melancolía, esquina soledad…

No hay comentarios.:

Publicar un comentario